Hay tres formas comunes de fertilizar plantas leñosas.

La fertilización foliar, cuando se rocía un fertilizante soluble en agua en el follaje, puede ayudar las plantas leñosas, especialmente plantas que no están recibiendo suficiente hierro. Tenga cuidado de no quemar el follaje de las plantas por aplicar demasiado o fertilizante muy fuerte. Cuanto más, los resultados de la fertilización foliar son de poca duración y es de un beneficio marginal para árboles más grandes.

Un fertilizante granular puede ser rociado en la tierra debajo del árbol. Para árboles ya establecidos, esparza el fertilizante unos 3 ó 6 metros más allá de la copa del árbol. Este método es el más efectivo en áreas sin cobertura ni prado.

El fertilizante puede ser aplicado debajo de la superficie de la tierra, en y más allá de la línea de goteo, usando un alimentador de raíces con un accesorio fertilizador. Aunque este método requiere más trabajo, produce los mejores resultados.

Para una fertilización más general, use un fertilizante completo que tenga una combinación aproximada de tres partes de nitrógeno, una parte de fósforo y una parte de potasio y que no contenga ningún herbicida.

Para cuando haya deficiencias de hierro use un fertilizante de hierro quelatado. El quelato ayuda a evitar que el hierro se combine con las partículas de la tierra por un periodo de tiempo.

Fertilice antes de julio o después que las hojas hayan caído en el otoño para que la planta pueda prepararse propiamente para el otoño.

La fertilización excesiva puede dañar severamente o, inclusive, matar las plantas leñosas. Antes de empezar, lea las instrucciones del manufacturador para mezclar las cantidades adecuadas de fertilizantes.