Las plantas para áreas montañosas deben ser capaces de resistir las fluctuaciones diarias de temperatura de los 4,4 a -1 grados centígrados, altas temperaturas, rayos solares intensos y noches frías. El agua es unas de las limitaciones más importantes para muchos dueños de casa con pozos de agua.
Varias perennes requieren menos agua y crecen bien en jardines a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar.
Un ejemplo de estas plantas son las que se adhieren a la tierra como las margaritas de flores blancas Mount Atlas y la ahorradora rosada. Acompáñelas con las variedades compactas de nébedas de flores lavanda.
Entre las perennes más altas y ahorradoras de agua se incluyen la amapola y milenrama.
La malva-floreada Monarda crece en las orillas montañosas secas y se desarrolla muy bien cuando se planta entre otras flores altas que le protegen sus largos tallos. Considere apoyarlos con el conocido velo de novia y las nativas margaritas altas.
Entre las perennes principales para los jardines de las montañas se incluyen la Centaurea Montana de flor azul-profundo, la Goblin de flores naranja-amarillo y la Nieve-de-verano. Considere plantar estas flores con orégano de hojas verde-claro.
Para las zonas parcialmente sombreadas, trate con las Campanulas de flores blancas o azules.
Las perennes son una manera segura de realzar la temporada de jardinería en las altas elevaciones – y con una selección cuidadosa, el éxito es fácil.