Todas las plantas, eventualmente necesitan ser trasplantadas, así que evite comprar plantas que tengan raíces flotando fuera de su contenedor. Antes de comprar cualquier planta, remueva el contenedor y examine las raíces. Repita el procedimiento periódicamente durante la vida de sus plantas, porque una vez que una planta ha superado su contenedor, su crecimiento se restringe.
Cuando compre una planta, también compre un contenedor que sea ligeramente más grande que la que tiene la planta. Si la nueva maceta tiene más de cinco centímetros más de diámetro que el contenedor anterior, la planta puede no responder bien y el potencial para que se pudran las raíces es muy alto. Cuando use una maceta ya existente, límpiela muy bien con una solución hecha de 20 por ciento de cloro mezclada con agua. Luego, enjuáguela perfectamente con agua normal. Usted también puede lavar los contenedores en la lavatrastos. Es importante limpiar los contenedores completamente para evitar transferir patógenos e insectos.
Cuando trasplante sus plantas, ponga tierra para plantas en el fondo del contenedor. Si el hoyo de drenaje es muy grande, coloque un pedazo de otra maceta rota, con la curvatura hacia arriba, sobre el hoyo. Este procedimiento promueve el drenaje y reduce la pérdida de tierra. No deje raíces expuestas al aire durante el proceso de trasplante. En lugar de eso, coloque la planta en la maceta y llene el contenedor, por los lados, con tierra para macetas nueva.
Las raíces pueden ser agitadas o jaladas para inducir un nuevo crecimiento de raíces, pero no deje ningún espacio de aire en la nueva tierra porque esto puede causar que los tejidos se mueran. También, tenga cuidado extra para evitar el riego excesivo hasta que la planta haya recuperado su vigor, y no fertilice por dos o cuatro semanas después del trasplante.