Las orquédeas cattleya, algunas veces conocidas como las reinas de las orquédeas, son nativas de la América tropical. Mejor conocidas por su increíble variedad de flores cuyo tamaño y número varía de acuerdo a la variedad. En su hábitat natural, ellas crecen en los árboles sin tierra alguna que soporte sus raíces. Las plantas de este tipo de hábitat se llaman epifitas. Todas las cattleyas tienen pseudobulbos, o tallos engrosados, los cuales guardan agua y producen hojas gruesas como de piel.

Contrario a la creencia popular, las orquédeas pueden crecer exitosamente en Colorado. Las orquédeas cattleya se desempeñan muy bien bajo luz fuerte y necesitan una tierra para macetas compuesta de virutas de madera roja, carbón grueso o perlita, u otra mezcla comercial para orquédeas. La planta no producirá flores si no recibe suficiente luz. Las cattleyas florecen solamente una vez al año, y la temporada de florecimiento varía de acuerdo con la especie o hibridé s.

Ellas crecen muy bien en las temperaturas típicas de los hogares, entre los 18 y 21 grados centígrados durante el día y entre los 14 y 15 grados durante la noche. Estas plantas prosperarán con una humedad relativa entre el 50 y el 80 por ciento. Usted puede incrementar la humedad colocando la maceta de la orquédea en una charola llena con canicas y agua. Mantenga el nivel de agua en la charola por debajo del fondo de la maceta para prevenir que el agua sea absorbida por la maceta porque, con el tiempo, esto puede lograr que las raíces se pudran.

Cada mes, use un fertilizante para orquédeas comercial soluble al agua o una fórmula de 30-10-10 para planas que crecen en tan solo cortezas y una fórmula de 20-20-20 para plantas en otro tipo de mezclas. Replante las orquédeas cada dos o tres años, cuando la nueva etapa de crecimiento se inicia.

Las cattleyas atraen ocasionalmente pestes, entre las cuales se encuentran insectos harinosos y escamas. Ellas también son susceptibles a infecciones virales y pudrición de raíces.