Los tomates son una de las hortalizas más cultivadas en colorado. Para tener éxito con los tomateros, usted necesita reconocer tres enfermedades comunes o prácticas culturales problemáticas.
Los problemas, al principio de la temporada, pueden empezar con la descomposición de las puntas del retoño. Esta descomposición de las puntas es una anormalidad inducida por el ambiente, resultado de la baja de temperatura cuando los frutos empiezan a fijarse. Como resultado, las puntas de los tomateros no se desarrollan, se aplanan y se ponen negras o café oscuro. El regado errático también contribuye en este problema.
La roya temprana es un hongo que afecta las hojas durante el verano. Cuando las plantas empiezan a crecer y sus hojas empiezan a desarrollarse, éstas tocan otras plantas y la circulación del aire se reduce. El microclima húmedo que se crea es el resultado de esa falta de circulación de aire y es el que promueve el desarrollo de la roya. Cuando el hongo está presente, las hojas más inferiores se empiezan a poner amarillas, con manchas circulares de color café. Para evitar este problema, asegúrese de dejar suficiente espacio entre plantas. El espolvoreo de sulfuro puede ayudar a controlar problemas severos de esta enfermedad.
Algunos síntomas de infecciones por virus pueden aparecer tarde en la temporada. Unos anillos pequeños blancos o amarillos en los frutos madurándose indican la presencia del virus del bronceado del tomate (TSWV). Aunque la fruta se puede consumir, la infección afecta el sabor y su producción.
No hay forma de controlar las infecciones virales; lo mejor que se puede hacer es eliminar la planta. Haya o no enfermedades en las plantas, es bueno rotar los tomates en varias partes del jardín.