El árbol de los farolitos es uno de tamaño pequeño a medio, ideal para patios y jardines a lo largo de las faldas montañosas porque tolera muy bien las tierras alcalinas de estas áreas. Crece a una velocidad lenta a moderada, llegando a alcanzar unos 9 metros de altura y de ancho. La característica más atractiva de este árbol son sus flores amarillas en julio. Hay muy pocos árboles y arbustos que florean durante esta temporada, por lo que el árbol de los farolitos llena perfectamente este espacio.
Al florecimiento de los árboles le siguen unas vainas de tres lados y de color verde claro, las cuales se asemejan a unos farolitos chinos de papel. Estas interesantes vainas ornamentales cambian de un color rosado-arenoso a un color café cuando maduran. Las vainas se revientan temprano en el otoño y sueltan unas semilla negras del tamaño de un chícharo.
Mientras que el árbol de los farolitos puede ser muy atractivo para los xerojardines, si es plantado en áreas abonadas y en tierras expuestas, las semillas pueden producir almácigos indeseados. Por esta razón, el plantar un árbol de este tipo en un área de césped es ideal porque la densidad del pasto y los recortes constantes previenen el desarrollo de almácigos. El árbol de los farolitos es un árbol perfecto para dar sombra en los patios.
Este árbol, por lo general, está libre de pestes, con tan solo una excepción. Los chinches jadera haematoloma, similares a los chinches del arce, se congregan para alimentarse de las semillas inmaduras. Los chinches no dañan el árbol pero sí pueden ser fastidiosos.
El árbol de los farolitos es muy resistente en las alturas de hasta 1.800 metros. Es de madera moderadamente suave y sus ramas pueden quebrarse bajo el peso causado por la acumulación de nieve.