La clemátide es una planta floral trepadora que se ha adaptado muy bien en Colorado. Los colores más conocidos son azul, rosado, blanco y los frescos tonos morados. También existen colores más intensos en rojo y amarillo. Las formas de las flores van de las de las híbridas grandes de 20 centímetros a las delicadas campanitas y las madreselvas de las clemátide de otoño.
En Colorado, por lo general, es más exitoso plantar clemátide en la primavera que en el otoño. Las enredaderas se desenvuelven mejor bajo sol completo y lo hacen pobremente en más de medio día de sombra. Una rejilla, u otro tipo de apoyo, las ayuda mucho durante los días de mucho viento.
Plante la clemátide en una tierra que drene bien y esté adicionada con abono orgánico. La corona, la parte de la planta donde el tallo y las raíces se encuentran, debe encontrarse a unos cinco centímetros por debajo de la tierra. Mantenga las raíces de las plantas húmedas y frescas usando virutas de corteza. Tenga cuidado con este proceso porque las raíces de la clemátide se desarrollan pobremente cuando la tierra se encuentra empapada.
La clemátide debe podarse para animar el florecimiento. Hay dos tipos diferentes de clemátide y es importante determinar el tipo antes de podar. Los tipos de tallos leñosos como las llamadas Montana florecen temprano en los tallos de la temporada pasada. Pode las plantas después de florecer para retirar las partes muertas.
Las plantas híbridas de flores grandes Henryi y Elsa Spaeth también deben ser podadas de la manera mencionada anteriormente. Los tipos de plantas que crecen al patrón corriente del año deben ser recortadas temprano en la primavera hasta donde se encuentran los pequeños nuevos brotes del año. Entre estas variedades se incluyen la Clemátide x jackmanii y la Clemátide Ernest Marknam entre otras híbridas.
Las clemátides bien establecidas florecen por generaciones.