Los girasoles están maduros cuando la parte posterior de la cabeza se pone amarillenta y las semillas adquieren un tinte marrón. Si los pájaros empiezan a picar en las cabezas antes que éstas maduren los suficiente como para cortarlas, ponga sobre ellas una bolsa de plástico perforada. Corte las cabezas y cuélguelas cabeza abajo en un lugar templado y seco. Cuando la cabeza se seque, las semillas se separarón fácil mente. Asegúrese que las semillas están completamente secas antes de ponerlas en un contenedor para guardarlas.
Las semillas de girasol pueden ser tostadas poniéndolas en el horno a 149 grados centígrados (300 grados F) por unos 15-25 minutos. Si se desea salar, remoje las semillas toda la noche en agua de sal, mezclando 2 cucharadas de sal por una taza de agua. Hierva las semillas en el agua con sal por unos minutos y drénelas. Extienda bien las semillas sobre una charola para hornear y tuéstelas en el horno a 93 grados centígrados (200 grados F) por unas 3 horas o hasta que están tostadas. Si están tostadas lo suficiente, son fáciles de pelar.