La falsa violeta africana es miembro de la familia de la verdadera violeta africana y es nativa del este africano. Ellas crecen en parras colgantes en su hábitat nativo y son conocidas por su suave y aterciopelado follaje. Producen unas flores de un delicado azul-violeta y blancas bajo condiciones óptimas. En Colorado, las falsas violetas africanas pueden ser plantadas en macetas o en canastas colgantes.

Las falsas violetas africanas necesitan una luz media o alta para desarrollarse bien y producir flores. Mantenga la tierra húmeda de manera balanceada. Esta planta tiende a ser una planta desgarbada si no se le pellizcan los brotes.

A las falsas violetas africanas les gusta una temperatura de alrededor de los 21 grados centígrados durante el día y entre los 13 y 15 grados durante la noche. Si usted mantiene su planta en una repisa de la ventana, protéjala del frío y de las corrientes porque son muy susceptibles al frío. Las falsas violetas prosperan muy bien con una humedad entre el 20 y el 40 por ciento y deben fertilizarse cada mes, con una solución al 50 por ciento de un fertilizante soluble general. Cuando plante las falsas violetas, utilice una mezcla de tierra que drene bien.

Las falsas violetas africanas son comúnmente propagadas por medio de esquejes. Los esquejes deben ser de unos 10 centímetros de largo y sin las hojas inferiores. Entierre los esquejes directamente en la tierra o colóquelos en un vaso de agua hasta que las raíces empiecen a crecer, entonces plántelos.

Las falsas violetas africanas ocasionalmente atraen pestes, incluyendo el Ácar del ciclamen y el Ácar araña. Entre las enfermedades se incluyen virus y pudrición de tallos y raíces.