Los colémbolos son criaturas diminutas que se aglomeran en la tierra. En un jardín típico puede haber miles de ellos por cada 250 cm² donde se alimentan inocuamente de hongos y materia de plantas muertas. Los colémbolos más comunes son grises o algo púrpura, de 1 mm de longitud. Ellos pueden saltar debido a que tienen una cola de estructura especial.

Los colémbolos algunas veces se desplazan a los edificios en climas calientes porque las casas son más frescas y más húmedas que las condiciones exteriores. Aunque las migraciones son molestas, ellas son poco duraderas. Los colémbolos no se alimentan de nada en la casa, no muerden, no se reproducen en el hogar y mueren rápidamente.

Los problemas de migración pueden ser reducidos eliminando todas las fuentes de humedad alrededor de la casa tales como grifos que gotean. Las ventanas y otras entradas deben ser selladas. Los polvos secantes tales como tierras diatomeas, talco o levadura pueden ser espolvoreados alrededor del perímetro de la casa para crear una barrera y bloquear su movimiento hacia el interior de la casa. Los aerosoles de jabón o detergentes pueden aniquilar los colémbolos al contacto. No hay insecticidas con acción residual que provea un control extendido, así que ninguno es recomendado. Trate de inducir a los colémbolos a salir de la casa proveyendo una fuente alternativa de humedad a una buena distancia de la casa.