Las plantas de la malvarrosa, o malva real, no tienen muchos problemas por enfermedad, pero uno de los hongos que las plagan es la roya. Todas sus partes verdes son susceptibles a esta infección. La planta raramente muere por ella, aunque una infección severa puede causar que las hojas se amarillen y se caigan muy temprano en el otoño.

La roya aparece, comúnmente, en la primavera y en el otoño. La detección temprana es importante para ganar el control y detener su extendimiento. La roya aparece primero en el reverso de las hojas más inferiores como pústulas, casi cerosas, de un color entre amarillo y naranja; el color de estas pústulas se transforma a un rojizo café con el tiempo. Las pústulas son unas pequeñas formaciones, como ampollas. En las superficie de las hojas, opuesta a las pústulas, se desarrollan unas manchas de un color que van de un amarillo brillante al naranja, con unos centros rojizos. Una vez que la roya aparece en las hojas, la infección se extiende rapidamente a los tallos y a otras hojas.

Corte y destruya las hojas infectadas cuando note los primeros síntomas. También corte y destruya las ramitas infectadas cuando las plantas terminen de florecer. Las esporas de la roya invernan entre los desechos en la tierra y, si no se retiran temprano en la primavera, pueden extender más esta roya de la malvarrosa. El retiro de los desechos en la tierra debajo de la planta ayuda a controlar el hongo. Si un jardin es cubierto con mantillo, éste debe ser retirado y reemplazado cada primavera.

El control quémico pudiera ser necesario si la roya recurriera. El sulfuro, aplicado como polvo o líquido aerosol, es efectivo y tiene que ser dirigido hacia el reverso de las hojas inferiores. El uso de sulfuro, una buena circulación de aire y el evitar el riego excesivo, especialmente por las tardes/noches, reducirá la severidad de la roya de la malvarrosa. Algunas variedades de plantas son resistentes a la roya.