El álamo temblón, el álamo de Virginia, el serbal, el sauce y el olmo son árboles que pueden ser afectados por el ambiente y son susceptibles a las enfermedades por cancros fungosos. Estas enfermedades también afectan los árboles de corteza delgada que son susceptibles a quemaduras por el sol.
Un cancro es una ampolla invertida en la corteza del árbol la cual, durante un periodo del año, exuda sabia. El cancro se forma en las ramas y troncos de los árboles. Fungo, unos organismos muy pequeños (hongos) que producen esporas y un material como moho, causa la mayoría de las enfermedades por cancro. Las hojas de un árbol afectado por este fungo empiezan a ponerse amarillas hasta que llegan a caerse. Algunas ramas no vuelven a producir hojas el siguiente verano. En casos severos, los árboles pueden llegar a morir a causa de esta enfermedad si no son tratados por varios años.
Las enfermedades por cancro pueden ser controladas si se diagnostican pronto. Cuando las hojas se ponen amarillas prematuramente, revise todas las ramas en busca de daños visibles o por decoloraciones en la corteza. Estas áreas pueden notarse encogidas o marchitadas. Revise esas áreas en busca de unos pequeños bultitos como granos que brotan a través de la corteza. La presencia de estos bultitos o granos son evidencia de que el fungo está causando cancro.
Para controlar la enfermedad por cancro en los árboles, corte las ramas afectadas. Si existiera cancro en el tronco principal, el árbol completo tendrá que ser reemplazado. No existen químicos efectivos en el mercado para controlar este tipo de hongos. Las buenas prácticas de cuidados, incluyendo fertilización, drenaje apropiado, riego y selección de árboles apropiados, son importantes para lograr árboles saludables. Las buenas prácticas de cuidado es la mejor defensa contra estos hongos.