Se necesita mucha preparación, paciencia y entendimiento para sembrar y cuidar álamos en áreas urbanas. Los álamos prefieren tierras que sean acidificadas y de buena filtración ; pero, éstas condiciones son raramente encontradas en zonas urbanas. Los álamos se desarrollarán mejor en las zonas norte y este de los edificios.

Si la tierra donde se va a plantar un álamo tuviera un alto contenido de arcilla, construya un borde de relleno arenoso de entre 18 y 24 pulgadas de altura. El borde debe ser cubierto con una combinación de estiércol, paja y hojas y varias plantas deben ser sembradas en el montículos de tierra preparada.

Casi todos los álamos que se encuentran en el mercado son coleccionados en el campo, es decir, fueron sacados de la tierra con una pequeña cantidad de su sistema de raíces. Aún con toda la preparación y cuidado, los álamos tienen una vida estimada de tan solo 25 años en los jardines de las casas.

Espere encontrar ciertos insectos y enfermedades en los álamos, algunos de los cuales no hay forma de controlarlos. Las hojas ennegrecidas durante el final del verano y el otoño son causadas por las secreciones de áfidos o por la enfermedad de la manchas foliares. La enfermedad de las manchas foliares es conocida como Marsonnina o manchas foliares del álamo. El mejor control es cortar las hojas afectadas en el otoño, las cuales son el origen de la reinfección, además corte otros árboles y ramas para incrementar la circulación de aire por el árbol.

Unos brotes anaranjados en la corteza del álamo indican la presencia de chancros fungosos (cytospora canker). Las ramas infectadas deben cortarse.

Los cóccidos de concha son pequeños, unas especies de conchitas de color café o gris que forman grupos de aproximadamente un cuarto de pulgada de largo. Esta infección es causada por un insecto que es difácil de controlar.

Una vez que un árbol en un grupo de álamos empiece a tener madera muerta y una copa muy ligera, deber ser eliminado para permitir que los nuevos retoños crezcan libremente.