Con el tiempo, y en algunas ubicaciones, el florecimiento de las lilas disminuye. Pero, antes que usted tome drástica medidas, considere todas las potenciales razones por las que sus lilas no están floreando. Por ejemplo, una helada tardía puede eliminar las flores una temporada. La sombra de los edificios y de árboles maduros también limitan tal florecimiento. Las plantas necesitan al menos cinco horas de sol diario para florecer bien, así que usted necesitará recortar los árboles que cubren otras plantas para que ellos permitan el paso de luz. La fertilización raramente es la respuesta para una planta que alguna vez floreció abundantemente.

Una poda de renovación, por lo general, resuelve el problema de disminución de florecimiento, así como otros problemas causado por cochinillas (oyster shell) y la acumulación de insectos barrenadores. Retire los tallos más gruesos y viejos hasta la base para retirar cualquier problema de insectos. Los retoños restantes crecerán y producirán las tan deseadas flores. Desde enero hasta marzo es la mejor temporada para podar.

Considere cortar una tercera parte de las ramas más viejas este año, la otra tercera el próximo año, y el resto durante el tercer año. Esta es la mejor manera para mantener las lilas y muchos otros arbustos. Este método produce unos arbustos de mejor imagen que si tan solo se les hace la poda solamente, lo cual debe ser hecho tan solo para darle forma al arbusto.

Las lilas de más edad y de gran tamaño pudieran requerir una poda de rejuvenecimiento más drástica, lo cual significa cortar completamente cada tallo unos 10 centímetros por sobre la superficie de la tierra. Las lilas más resistentes crecerán de 60 a 90 centímetros la primera temporada.

El recortar los retoños para que tan solo los más saludables sigan creciendo, elimina la competencia entre ellos. A partir de ese momento, la poda de rejuvenecimiento anual hará que su lila florezca.