Un parterre siempre debe ser lo suficientemente grande como para acomodar las plantas cuando ellas alcanzan su madurez. El parterre también debe de ser lo suficientemente espacioso para permitir que uno pueda darle mantenimiento.

Un parterre que es usado exclusivamente como delineador con flores y que contiene solamente perennes y camotes, puede ser angosto – quizás de unos 25 ó 35 centímetros de ancho, y tan largo como se quiera. Esto permite su mantenimiento desde el prado o la colocación de bordes duros alrededor del parterre. Si el parterre se hiciera más ancho, el añadir espacios con áreas cubiertas con virutas de corteza o piedras para pisar permitirá que su mantenimiento sea más fácil después.

Un parterre que consiste de árboles, arbustos, perennes y plantas de cobertura pueden ser mucho más anchos, pero, de igual manera, usted necesitará proveer espacios abiertos para poder mantenerlo. En este tipo de parterre, las plantas generalmente se arreglan con las plantas más altas en la parte posterior y las más bajas en el frente.

Si se colocara un árbol caducifolio en el parterre, óste necesita extenderse tan solo unos 25 ó 50 centímetros más allá del tronco. Esto protege al árbol de las segadoras y crea una transición interesante entre el árbol y el prado. El plantar parterres con árboles de hoja perenne, como el abeto o algunos pinos, necesitan ser lo suficientemente grandes como para abarcar la longitud de las ramas en su madurez.

Lo mejor es colocar cualquier árbol o arbusto algo fuera del centro del parterre, para crear una imagen más natural. Las plantas más grandes, de más de 1,8 metros de altura pueden ser balanceadas con plantas más bajas o plantas más horizontales de unos 50 centímetros de altura. Unas buenas elecciones de plantas de este tipo incluyen los arbustos de forma redondeada o varias perennes.