Añadir bulbos al jardín da satisfacciones por varias razones. Ellos extienden la temporada de florecimiento, debido a que algunos florecen temprano y otros lo hacen en el otoño. Y, ellos son relativamente fácil de cuidar después de plantados. Los bulbos, en la mayoría de los casos, no necesitan de muchos cuidados.

La fertilización más importante para los bulbos es cuando se plantan. Añada materia orgánica a la tierra además de un fertilizante alto en fósforo, mezclado a una profundidad similar a la longitud de la raíz. Unos 250 gramos de súper fosfato por cada 9 metros cuadrados es lo adecuado.

Tan pronto como los bulbos terminen de florecer, deje que el follaje madure completamente. Quite solamente las flores decaídas y la pulgada superior del tallo de la flor. El resto del follaje y tallos producirán alimento para los camotes a como van madurando. Cuando usted pueda remover de la tierra las amarillentas hojas y tallos, el proceso ha culminado.

Una aplicación ligera de un fertilizante balanceado pudiera aplicarse a las plantas después del florecimiento. No es aconsejable aplicar fertilizantes altos en nitrógeno, ya que ellos animan el buen follaje a expensas de las flores. Recuerde que los fósforos y el potasio no son efectivos si se aplican en la superficie de la tierra. Ellos necesitan mezclarse cuidadosamente en la tierra, por debajo de la superficie.

Si el florecimiento declina, revise sus condiciones culturales. Los bulbos crecen mejor en zonas soleadas, pero estas zonas de sol pudieran sombrearse con el crecimiento y maduración de árboles de los jardines maduros.

Los bulbos deben de regarse perfectamente durante el año en periodos de sequía.